jueves, 21 de enero de 2010

-------( Hoyo )________



Se abre un hoyo en la pared. Los párpados me arden cada vez que los muevo, la frente me pesa y siento que algo repta dentro de mi cráneo. Acerco mi silla al hoyo, no tengo nada mejor que hacer, me quedo examinándolo en silencio, no me importa de dónde venga, ni de quién o de qué. Es un hoyo nada más, que se agranda y se mueve, cierto. Pero a fin de cuentas, quién soy yo para andar averiguando de dónde vienen los hoyos en el mundo.  Me pesa la piel, me pesan las cejas, las orejas y toso en tos de indigente, con flema seca y pulmones viejos y todo, toso. El hoyo se mueve por la pared manchada y yo, lo sigo. Sube al techo, ahora me mira de regreso, maldito hoyo de mierda. Se abre, la materia se curva y la cal del techo cae en mis ojos. Siento la cal salada mientras las lágrimas no vienen me aprieto con los dedos y se lo digo: hoyo de mierda. No siento sabores, si tengo aliento de cadáver no lo sé, no siento nada, sólo los huesos de mi culo cansado en la silla dura y la mirada del hoyo que me está empezando a angustiar. Baja por la pared siguiendo todas las grietas a una velocidad precisa, como reloj, como calendario, si midiera la distancia que cubre el hoyo de arriba para abajo y  de izquierda a derecha en determinado lapso, tendría un reloj que mide el tiempo en dos planos. Quizás mediría otra cosa, algo absurdo como las ganas que tengo de ver a alguna persona que no recuerdo, o algo vital… tal vez el hoyo ha venido a medir y graficar una variable de lo más importante para el desarrollo de mi existencia. Como la dirección y velocidad precisas en las que tengo que caminar para que la tierra orbite debajo de mí, suspendido en el espacio para siempre. Me levanto y lo sigo. Hoyo de mierda este, desde el suelo parece que una fibra de luz empieza a brotar de su centro, un reflejo mancha su orilla irregular y se libera proyectándose entre el polvo de la oscuridad, no lo sé, está demasiado oscuro como para verla, la fibra que parece irse o venir no me deja concentrarme. Tengo  una sensación caliente en el cuello y los pies, cuando no me he bañado la mugre se asienta de manera caliente en ciertas partes de mí,  y cuando me froto con los dedos siento el calor mugre en mi mano, lo limpio en mi pantalón y vuelve a aparecer en mi cuello. El hoyo mierda en el suelo ya no se mueve, la tierra me saca ventaja y nunca la alcanzaré. La luz en cambio, ya se siente zumbar, a lo lejos trae un sonido electroestático, giro mi cabeza para seguir el haz de luz con la misma parte de mi córnea, muy importante, debo exponer la misma sección de mi ojo a la misma sección del haz para poder verlo bien, absorber sus fotones – si es que tiene- durante una exposición prolongada sobre mis nervios, sino no tiene chiste, un momento no basta para ver al hoyo y entenderlo. Pero no se mueve, ¿acaso también el tiempo se detuvo? Debo mirar al hoyo de frente, ver el origen del haz verticalmente, hacia abajo. La luz tiembla cuando me incorporo, parece tener miedo. El polvo cambia de colores y me parece ridículo, como luces chinas, ¿pero es que tendrá miedo? Siento los dedos dentro de mis zapatos, me duele la planta del pie y la suciedad caliente es pastosa, toso. Cuando me inclino sobre la luz la culebra en mi cráneo se retuerce con fuerza,  algo por dentro de mí se desprende del puro dolor seco y punzocortante que se mete por mi sistema nervioso, crujiéndome los huesos como en una mañana después de haber dormido por siempre y siempre. El hoyo se retuerce y la luz se desvanece y el polvo se asienta y no hay nada en el piso, ni en la pared, ni en el techo.



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